Desdela Dirección General de Agricultura que recibió la primera comunicación de síntomas nerviosos en un caballo de una explotación de Cádiz el pasado 30 de noviembre, se ha pedido cautela y se ha informado de que se han abierto varias líneas de investigación para determinar si se trata de una o varias causas distintas.
En este sentido, el protocolo de colaboración conjunta ha supuesto la actuación de veterinarios especializados en équidosque están tomando muestras de enfermedades infecciosas de declaración obligatoria como Fiebre del Nilo Occidental, Peste Equina Africana y Arteritis Infecciosa Equina.
Paralelamente se están realizando las investigaciones oportunas en el
ámbito de alimentación animal, puesto que el historial y sintomatología nerviosa
son compatibles con patologías de origen alimentario. Para ello, inspectores veterinarios están visitando y tomando muestras en establecimientos de alimentación animal para localizar el origen de la posible contaminación de piensos con sustancias por encima de los límites autorizados y la inmovilización cautelar de las partidas afectadas.
La normativa establece que el fabricante de pienso en el momento que tenga conocimiento de que pueda existir un riesgo tiene la obligación de comunicarlo a sus clientes y poner en marcha la retirada de las partidas afectadas, procedimiento que tienen el deber de informar a la autoridad competente.
La investigación en el ámbito de alimentación animal se ha ampliado a establecimientos intermedios e incluso explotaciones ganaderas.