Hablamos con Alberto Redondo, biólogo, profesor de Zoología de la Universidad de Córdoba y director, antes del estreno en Almería de su última película, ‘Caballos’
Alberto Redondo es biólogo de formación, profesor de Zoología de la Universidad de Córdoba y director de cine especializado en animales y naturaleza. La afición por contar las cosas de manera audiovisual le viene desde pequeño, es uno de los “niños de Félix Rodríguez de la Fuente”, como él mismo se define. Fue ahí donde unió su pasión, porque Alberto transmite una profunda pasión por el mundo en el que habitamos, por el formato vídeo. Estrenará en Almería su próxima película, Caballos, el viernes 31 de mayo en los Cines Yelmo de Almería y de Roquetas de Mar. Además, el director ofrecerá una charla coloquio en el Colegio Oficial de Veterinarios de Almería el 30 de mayo a las 20.30 horas en la que, también, mostrará imágenes del making of.
Se confiesa como un gran aficionado a la fotografía y durante el desarrollo de su tesis doctoral ya utilizaba cámaras para estudiar el comportamiento de los animales. Su primera película fue Dieta antiestrés, una historia que relaciona la alimentación con el comportamiento de los caballos y la introducción del aceite vegetal en su dieta: “Fue en 2007 y en ella conté los resultados de un artículo sobre los beneficios de introducir este aceite en la dieta de los caballos. Fue toda una aventura, durante el rodaje tuve momentos verdaderamente mágicos con caballos ferales. Estaba empezando y tuve que ingeniármelas, por ejemplo, me tumbaba y me hacía el muerto para poder acercarme a ellos”, apunta Redondo, quien recuerda con mucha ilusión su debut: “Fue increíble, la Universidad también me apoyó mucho y recuerdo el estreno de una forma muy bonita”.
Caballos, su última película
Con su creación más reciente, el director quiere acercar la visión, desde diferentes puntos geográficos, de la relación entre especies: “Se trata de una vuelta al mundo para mostrar la relación entre humanos y caballos. He intentado ser lo menos localista posible y hemos grabado en cinco continentes. Quiero transmitir la relación pura entre dos especies, me preocupo mucho de que haya un hilo conductor durante toda la película que conecte los diferentes continentes. Son historias reales de caballos y humanos que se entrelazan entre sí”, especifica. “Incluye muchas emociones y, para captar esa parte artística, intento mostrar la imagen más bonita que obtuve. Es realmente muy cinematográfico”, asegura Redondo.
Es un enamorado de la naturaleza, los animales y, en definitiva, del planeta en su conjunto. Entiende su vida como un todo en el que cada cosa ocupa un espacio con una función determinada: “Hay muy poca frontera entre lo que es trabajo y lo que es la vida personal. Entiendo la vida de una manera en la que comunicar, contar las cosas, es fundamental porque, si crees en algo, no tienes más remedio que contarlo. De la misma manera entiendo la ciencia, si ves o descubres algo, tienes que contarlo” explica Redondo que es un convencido de la importancia del mensaje, independientemente del formato en el que este se exponga: “Si le cuento algo a un alumno, intento seducirlo para que me prese atención, intento que en todo momento lleguen las señales que quiero transmitir. Quiero que el mensaje siempre llegue, independientemente del formato, de forma rigurosa y buscando que la gente empatice”.
Biólogo unido a la Veterinaria
Parece lógico que, dada su profesión y su faceta audiovisual, su vínculo con la profesión veterinaria es absoluto: “Mi relación con los veterinarios siempre ha sido muy cercana y con mucha colaboración. Todo lo bueno que me ha pasado con esta película (Caballos) ha sido con veterinarios, incluso hay dos historias con protagonistas veterinarios. Siempre he tenido a un veterinario cerca a lo largo de mi vida, tanto personal como profesional y, además, en la mayoría de investigaciones en las que participio, suele haber profesionales veterinarios”, señala Redondo.
Asimismo, también es un convencido del enfoque One Health (Una única Salud): “El enfoque One Health es una forma de verbalizar la realidad. Es un todo, es la salud del planeta, de todos. Hay que pensar de forma global, el planeta es un ecosistema”, asegura.
La conservación de la naturaleza y la implicación de la sociedad en esta es vital, aunque Redondo le da un giro de tuerca a los discursos actuales y se aleja de extremismos abrazando el término medio, la prudencia y la relfexión: “Yo creo que todo es una cuestión de emoción, de conocimiento sí, pero también de emoción. La ciencia te da el conocimiento, pero luego, no haces nada si nada te mueve a hacerlo, y eso es la emoción y los sentimientos. La ciencia te da las herramientas, las ganas y el moverte, te lo dan las emociones”, finaliza.